martes, 16 de julio de 2013

PEDAGOGÍA INTERCULTURAL VASIJA DE BARRO




PEDAGOGÍA INTERCULTURAL
La pedagogía intercultural es una alternativa a las propuestas pedagógicas que analizan los fenómenos educativos desde visiones monoculturales, en los que la cultura es una, monolítica, ya elaborada y delimitada, y la educación es transmisión y perpetuación de dicha cultura única.
            El término intercultural aparece en el ámbito educativo y se ha ido expandiendo al ámbito de los procesos comunicacionales, mediación social, modelos de convivencia social, etc. Aparece para superar las carencias de conceptos como multiculturalismo, que no refleja suficientemente la dinámica social y las nuevas construcciones socioculturales. Lo multicultural refleja, como en una foto fija, una situación de estática social, se limita a describir una situación en la que coexisten diferentes grupos culturales. Lo intercultural, por su parte, subraya la comunicación e intercambio entre formas culturales diversas (Jiménez y Malgesini, 2000).
            El adjetivo intercultural parece la denominación más comprensiva y coherente con la filosofía que trasciende de esta corriente pedagógica, acentuando la interacción, comunicación, negociación y enriquecimiento entre formas culturales diversas.
           La definición de pedagogía intercultural, según Aguado, sería:
            “La reflexión sobre la educación, entendida como elaboración cultural, y basada en la valoración de la diversidad cultural. Promueve prácticas educativas dirigidas a todos y cada uno de los miembros de la sociedad en su conjunto. Propone un modelo de análisis y de actuación que afecte a todas las dimensiones del proceso educativo. Se trata de lograr la igualdad de oportunidades (entendida como oportunidades de elección y de acceso a recursos sociales, económicos y educativos), la superación del racismo y la adquisición de competencia intercultural en todas las personas, sea cual sea su grupo cultural de referencia”
            La pedagogía intercultural concibe la educación como construcción cultural llevada a cabo en ámbitos donde conviven referentes culturales diversos. Esta diversidad se contempla como positiva, como una posibilidad de enriquecimiento mutuo. Implica construir algo nuevo a partir de lo ya existente. Se asume desde este enfoque que la diversidad es la norma, que todo grupo humano es diverso culturalmente y puede ser descrito en función de sus características culturales. Ahora bien, no se trata de describirlo mediante categorías que lo definen en función de características estáticas, que están fuera de él (nacionalidad, lengua, religión, étnia, edad, sexo, etc), sino de sus diferentes formas de estar, ver y construir el mundo, la realidad, sus relaciones con los demás.
Hay que tener en cuenta que lo intercultural es un término en construcción y, la pedagogía intercultural un campo emergente. No podemos saber en qué se convertirá ni que realizaciones concretas va a propiciar en el futuro (Jiménez y Malgesini, 2000).
Por un lado la noción de interculturalidad introduce en pedagogía una perspectiva dinámica de la diversidad cultural. En segundo lugar, la propuesta intercultural se centra en el contacto y la interacción, la influencia mutua, esto es, en formas de interacción sociocultural cada vez más intensas y variadas en un mundo cambiante debido a la globalización económica, política e ideológica, y a las innovaciones en comunicaciones y transportes de datos, de información, de personas, de mercancías). No obstante, y la objeción es fundamental en pedagogía, se plantea un grave dilema al tratar de aplicar las propuestas interculturales en la práctica pedagógica, porque ¿cómo articular un modelo de interacción sociocultural, de construcción conjunta del conocimiento que implica una relación entre iguales, en estructuras educativas (sistema escolar, centros educativos, universidades) basadas en relaciones de poder desiguales?
            Es evidente que las propuestas interculturales en educación encuentran su lugar en ámbitos de educación no formal (animación sociocultural, formación permanente, educación social) y tiene en el sistema educativo su principal reto.


¿De qué hablamos cuando decimos Educación Intercultural?. 
En esta guía defendemos y nos basamos en el concepto de Educación Intercultural que durante los últimos años ha ido configurándose como consenso de las reflexiones teóricas y evidencias empíricas de la investigación. Tanto en los objetivos como en las áreas de aplicación se ha logrado cada vez mayor acuerdo, sin obviar que la variedad y a menudo contradicción entre las perspectivas teóricas y sobre todo su puesta en práctica muestran que el acuerdo no es completo. Queda mucho por hacer en la aplicación verdaderamente efectiva de una Educación Intercultural integral que logre resultados de intercambio, enriquecimiento y garantía de derechos económicos, sociales y culturales en las sociedades multiculturales. Pero al menos el camino ha comenzado a andarse y en esta guía queremos contribuir a su conocimiento y extensión. En las próximas páginas vamos a intentar desentrañar el concepto y teorías que se han dado en torno a la idea de una Educación Intercultural.

Hablar de Interculturalidad nos lleva a explicitar la definición de Cultura como un sistema conceptual y de valores que incluye las creencias y expectativas, los patrones, rutinas, conductas y costumbres creadas y mantenidas por un grupo y que son utilizadas y modificadas por ese grupo; es el conocimiento implícito y explícito compartido necesario para sobrevivir como grupo y facilitar la comunicación entre sus miembros, que incluye productos de necesidades de adaptación ecológica, histórica y contemporánea; dimensiones subjetivas (creencias, actitudes, valores, lenguaje verbal y no verbal); y dimensiones materiales (artefactos). 

Desde esta perspectiva del concepto de Cultura, la diversidad cultural en relación a la educación la vemos como riqueza social y humana. Debe considerarse como constructos dinámicos, de modo que se evite utilizar las identidades culturales para legitimar o reproducir un desigual reparto de poder o de recursos entre individuos o grupos. La idea de que toda cultura está en proceso de cambio constante nos debe guiar a la hora de abordar las diferencias culturales en el contexto educativo. El enfoque intercultural señala que las diferencias culturales son la norma y están presentes en toda reflexión y práctica educativa. No debería tener cabida, por tanto, la coartada de las diferencias de clase social, étnia, raza y uso de la lengua para justificar discriminaciones.

Junto a las características tradicionalmente asumidas de diversidad cultural (grupos étnicos, minorías lingüísticas, inmigrantes, medido rural/urbano) la educación ha de tener en cuenta otras formas de diversidad cultural (jóvenes, ancianos, discapacitados, profesionales, etc.). Y en todos los casos es básico atender a la compleja imbricación entre diferencias culturales y diferencias de clase social, género, edad, nivel económico, etc.

Traemos aquí el concepto de Educación Intercultural como educación para la igualdad y la justicia social. El término intercultural nace para superar las carencias de conceptos como multiculturalismo, que refleja como una foto fija una situación en la que coexisten diferentes grupos culturales, sin interrelación y nuevas construcciones socioculturales. Lo intercultural, subraya justo la comunicación e intercambio entre las formas culturales diversas. 

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